martes, 21 de septiembre de 2010

Productividad sostenible

La pasada semana el Comisario de Sanidad y Consumo, John Dalli, declaraba en una entrevista a un medio agrario especializado que se iba a realizar una reforma sustancial de la PAC en la que se iba a apostar por el aumento de la productividad sin hipotecar por ello el compromiso ambiental y su sostenibilidad. Para ello, afirmaba, es necesario apoyarse en las modernas tecnologías agrarias. Un planteamiento muy positivo y ajustado a la realidad alimentaria, social y ambiental, no solo europea sino mundial. Sin embargo, esta buena declaración de intenciones se topa con que no se conoce el presupuesto aproximado que puede ir para la futura PAC, que hay que recordar se debe poner en marcha en 2014, aunque no lo parezca a la vuelta de la esquina.

¿Qué va primero la gallina o el huevo?, ¿hay que conocer el presupuesto antes de diseñar la PAC o diseñar la PAC sin estar condicionado por el presupuesto? Digan lo que digan, diseñar algo sin conocer el presupuesto aunque sea de forma orientativa es como comprar un coche sin saber cuánto dinero tienes, puedes elegir un Ferrari, pero de que te sirve si solo tienes capacidad de tener un utilitario. Y mientras tanto lo más preocupante, el empresario agrario no tiene ni idea de por donde le van a venir los tiros, por lo que la toma de decisiones sobre nuevas inversiones y nuevos proyectos es cada vez más arriesgada. Es decir, el problema de siempre, cambios demasiado rápidos y poco anticipados en la Política Agraria Europea que impiden una óptima planificación estratégica del tejido productivo.