martes, 11 de enero de 2011

SUFICIENCIA ALIMENTARIA

Los últimos datos de la FAO estiman que 925 millones de personas pasan hambre crónica. Son 98 millones menos que los estimados en 2009, pero en cualquier caso, una cifra inasumible e injustificable. El motivo de este descenso ha sido explicado por los analistas de esta organización internacional como la consecuencia del repunte mundial de la economía en 2010 y por la bajada continuada de los precios alimentarios desde 2008.
El primer Objetivo de Desarrollo del Milenio acordado por la Organización de Naciones Unidas en 2000 es reducir del 20 al 10 por ciento el número de personas hambrientas en el mundo antes de 2015. A cinco años de cumplirse el plazo, solo se han recortado 4 puntos, situándonos en el 16 por ciento, lo que anticipa un incumplimiento de este objetivo básico.
Para mejorar esta tendencia es importante que no se produzca un encarecimiento desproporcionado en los precios de los alimentos, para lo que es imprescindible incrementar la oferta de alimentos a nivel mundial.
La realidad es que más del 70 por ciento de las personas que viven en pobreza extrema, con menos de 1 dólar al día, lo hacen en zonas rurales y el 80 por ciento son campesinos. Por ello es cada vez más necesario que los pequeños agricultores incrementen la eficiencia de sus granjas de la misma manera que lo hacen en sus explotaciones los medianos y grandes agricultores y ganaderos. Al final, cuanto más produzca un pequeño agricultor en su explotación, mas alimento propio generará y más posibilidad tendrá de intercambio, de compra venta.
Un ejemplo claro es China, donde según el informe 2011 del Fondo Internacional de Desarrollo Agrario (FIDA), el aumento de la producción ha sido un factor clave para la reducción de la pobreza absoluta en un 29 por ciento. En este sentido el desarrollo y la transferencia de las nuevas tecnologías agrarias es un reto incuestionable que hay que afrontar.

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