lunes, 11 de febrero de 2008

LA AGROINDUSTRIA TAMBIÉN SE QUEJA

La industria agroalimentaria representa un parte importante de la economía nacional , que refuerza el valor del sector agrario. Según los datos provisionales de 2007, avanzados por la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), las ventas se redujeron en más del dos por ciento. Un año que comenzó con una buena dinámica pero que fue perdiendo fuerza y finalizó con importantes caídas. La actual coyuntura de altos costes de producción y recesión del consumo ha frenado el dinamismo de la economía. Esta situación, además de al sector primario, ha perjudicado al sector secundario, en particular al agroalimentario. El Secretario General de la FIAB, Jorge Jordana, ha afirmado que en 2008 se va a asistir al cierre de numerosas empresas agroalimentarias. Es posible que el sector primario no comparta este análisis, dado que su situación, sobre todo en la rama ganadera, es mucho más preocupante. Pero hay que recordar la importancia que tiene la agroalimentación para la economía, que no en vano es la mayor industria manufacturera de este país. De acuerdo con los últimos datos publicados por la Empresa Nacional MERCASA, el valor de las ventas netas alimentarias ronda los 77.500 millones de euros, el 17,5 por ciento del sector industrial. Representa casi el 8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional. Bebidas alcohólicas, lácteos y cárnicas acumulan casi la mitad de este valor. Además, la tasa de cobertura del sector agroalimentario se sitúa en más del 85 por ciento, 20 puntos por encima que la media de la economía española.

En general son datos que también muestran el importante costo de los inputs, y como el precio de las materias primas tiene una significativa influencia en la rentabilidad de las empresas. Habría que analizar cada sector agroindustrial y ver como han subido los precios de los productos primarios pagados por la industria, materia prima básica para la obtención de gran parte de sus outputs. Si se compara con el incremento de costes de las materias primas en el sector primario se podría observar que, en la mayoría de los casos, estos últimos crecen de forma mucho más acelerada. Como afirma Jordana, la industria no es la causante del problema sino una víctima más, aunque la vanguardia, hoy por hoy, continúa formada por agricultores y ganaderos.

Para afianzar el consumo alimentario es necesario un buen etiquetado. Según afirmó hace poco la propia Ministra de Agricultura, Elena Espinosa, más del 41 por ciento de la población ignora la información de las mismas. En este sentido, la Comisión ha presentado una propuesta para la simplificación del etiquetado. Las etiquetas se localizarán en el frontal, serán legibles, con tamaño de letra superior a tres milímetros. Deberán indicar los contenidos de los distintos elementos, incluidas las sustancias alergénicas, tanto en alimentos envasados, no envasados o los servidos en restaurantes. Por otro lado, se acaba de publicar una nueva directiva sobre etiquetado de alimentos con gases de envasado, que hasta el momento no se consideraban ingredientes. A partir de ahora deberán indicar "envasado en atmósfera protectora". También se amplia la obligatoriedad de etiquetado de productos con edulcorantes, ácido glicirricínico, o sustancias de la planta del regaliz. Un esfuerzo, también económico, que le toca hacer a la industria agroalimentaria. Las diferentes organizaciones europeas del ramo, incluido el comercio minorista, ya han puesto el grito en el cielo.

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