viernes, 3 de octubre de 2008

EL ESLABÓN DÉBIL DE LA CADENA LÁCTEA


El vacuno de leche fue uno de los pocos sectores ganaderos que aguantó la crisis del cereal del último año, motivado, entre otros factores, por la reducción de producto en el mercado mundial. Hay que recordar que a nivel nacional el valor de las ventas de la industria láctea representa el diez por ciento de la industria de la alimentación y un dos por ciento del total de la industria española.

A finales del estío y principios de otoño la leche tiende a encarecerse en origen como consecuencia de los menores rendimientos de las explotaciones y, por tanto, la disminución de la oferta. En la actualidad hay un exceso de oferta y ha caído la demanda, lo que ha llevado a unos precios medios que rondan los 0,36 euros el litro. Pero los datos hay que compararlos para que sean significativos. A finales de verano de 2007 los precios en origen en España subieron un 50 por ciento con respecto a la misma fecha del año anterior, alcanzado los 0,46 euros el litro. Este espectacular crecimiento contribuyó de forma decisiva a aliviar los problemas de costes del sector. Sin embargo en Alemania el ascenso fue del 36 por ciento y solo del 6,6 por ciento en Francia. Ahora la caída ha sido también mayor en España, que ha bajado el precio de la leche algo más del 15 por ciento, frente a una caída en Alemania del 10 por ciento y todavía una ligera subida en Francia. Es decir, el balance neto de los dos años es todavía favorable con un precio un 25 por ciento más alto que en 2006, un 18 por ciento en el caso de Francia y un 23 por ciento en Alemania. Pero hay otro dato muy representativo; se trata del diferencial de precios entre Francia y España, que en 2006 favorecía a nuestro país solo en un 9 por ciento, aumentó a un espectacular 54 por ciento en 2007 y se sitúa en la actualidad en el 18 por ciento. Son cifras que confirman que la evolución de precios generales beneficia a España. Es decir, se ha producido un acercamiento a los precios de hace dos años, aunque eso sí, con unos costes de producción disparados por encima del precio de venta; algo que no sucedía en esa fecha.

Hay otro aspecto que preocupa todavía más y que está haciendo mucho daño al sector productor nacional. El sector galo, con mucha más capacidad de autorregulación que el español, ha puesto en marcha un sistema de control de precios. Para ello ha sacado al mercado español importantes volúmenes de leche cruda y envasada a precios muy bajos, no con la intención de hundir el mercado español, que sería un claro dumping, sino de mantener sus precios. En principio no se trata de una práctica ilegal, pero en un mercado único como el europeo es necesario frenar este tipo de acciones que rozan lo ilícito y, en cualquier caso, pueden destruir tejidos productivos irrecuperables como es el lácteo. Las relaciones interprofesionales, nacionales y transnacionales, junto con la mediación política deben poner freno a un modelo de regulación de mercado que puede abrir batallas comerciales intracomunitarias.

En definitiva, le esperan tiempos difíciles al sector lácteo, en particular a las explotaciones con poca dimensión. Existe un desequilibrio que solo podrá ser compensado con estrategias consensuadas dentro de la interprofesional, que debe asumir un papel protagonista que hasta la fecha no ha tenido. En esta situación, el sector ganadero de leche en España tiene una posición débil. Solo los acuerdos interprofesionales podrían dar ciertas garantías a la producción, pero sin olvidar que la industria va a buscar su máxima competitividad en un mercado libre. En el momento actual, tanto la industria como el sector se encuentran en la mesa de la interprofesional. Se han realizado avances importantes para la estabilidad láctea, que podrían verse perjudicados si esta crisis de precios no se lidia con habilidad.

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