Si Dios nos ha dado dos oídos y una sola boca es para escuchar el doble de lo que hablamos (Zeno de Citium. 300 a.c.)
jueves, 26 de septiembre de 2013
LA ESTAFA FRANCESA
Hace años que muchos teníamos la casi certeza de que esto era así. Pero ahora, con la declaración de un exministro francés, ya sabemos que la radical posición antitransgénicos del gobierno galo no se debe a criterios medioambientales o científicos sino a un simple pacto del gobierno Sarkozy con los grupos ecologistas, para que éstos no atacaran su estrategia nuclear. No lo digo yo, lo dice el ex-primer ministro francés François Fillon Entrevista François Fillon-Les Echos. Por si no leeis francés, os pongo el link a la noticia de la Fundación Antama Fundación Antama. Lo malo, es que buena parte de los argumentos de los grupos antiotransgénicos que han tumbado este desarrollo tecnológico en la UE se han basado en la posición francesa. Por cierto, hay que volver a recordar que los propios organismos científicos franceses estaban en contra de la posición del gobierno, y que la propia judicatura gala y europea han sentenciado el claro incumplimiento de la norma por parte de Francia. En fin, el daño ya está hecho, y solo nos permite aumentar un poco más la desconfianza en las decisiones políticas y en muchos de quienes las toman. Los paganini y simpre lo digo...los agricultores.
sábado, 14 de septiembre de 2013
JULIE BORLOUG, NIETA DEL NOBEL DE LA PAZ, EN LA TRILLA
En el programa de La Trilla de Gestiona Radio, estuvimos el pasado mes de agosto haciendo un periplo agrícola por la zona del Corn Belt en EEUU. Entre los múltiples testimonios que pudimos grabar, me gustó el de Julie Borloug. Nieta de Norman Borloug, que fue Premio Nóbel de la Paz en 1970 por el desarrollo de la llamada Revolución Verde. Adjunto la entrevista que emitimos el pasado 11 de septiembre en el programa de La Trilla de GestionaRadio, eso sí, en inglés.
Entrevista Julie Borloug
Programa completo LaTrilla
Entrevista Julie Borloug
Programa completo LaTrilla
POLITICOS SIN CURRICULUM
Hace
pocos días todos atendíamos algo anonadados al singular espectáculo que dieron
nuestros representantes políticos en la defensa de la candidatura olímpica Madrid
2020. A pocos ha dejado indiferentes el nulo inglés de Rajoy, el trabajado pero
antinatural inglés de Ana Botella, o la limitación que tienen en este idioma el
presidente de la Comunidad de Madrid, o el mismo director de un gran proyecto
internacional, como es la candidatura olímpica.
Es
natural que a muchos ciudadanos les parezca difícil de digerir que para puestos
de muy alta responsabilidad transnacional, no sea un requisito indispensable el uso fluido del idioma. Es decir, que se
pueda ascender en la carrera política sin ser capaz de defender los intereses
que representas, de manera pública y eficiente. Hay que recordar que no hace
muchos años, la falta de inglés fue uno de los factores que dieron lugar al
gran pufo de las negociaciones europea del paquete agrícola mediterráneo. Entonces,
la ministra del ramo, Elena Espinosa junto con su equipo, fueron inhábiles para
alcanzar los necesarios pactos de pasillo.
La primera vez que la otra parte negociadora, la propia Comisión, pidió revisar
los resultados de las negociaciones para que España no se viera tan
perjudicada.
Pero
todavía más grave es que en la carrera política se continúe posicionando a
altos cargos sin unos conocimientos mínimos de carácter técnico o estratégico
del sector. Y no me refiero a tener uno u otro título, que siempre ayuda, sino
a una mínima experiencia profesional previa en la materia. En ninguna empresa
nombran a un director de marketing que no sepa nada de ese asunto, ni a un
director comercial que nunca haya pisado la calle, ni de director de desarrollo
que no conozca el negocio. Vamos, que hasta a un recién licenciado se le exige
más currículo que a un político. Pero en
pleno siglo XXI, en España, con el prestigio de la clase política por los
suelos, seguimos erre que erre.
El
último caso, la decisión de la Presidenta de Andalucía de nombrar Consejera de
Agricultura de la Junta a la ex alcaldesa de Alcalá la Real, doctora en medicina y cirugía, máster en salud
pública y administración sanitaria, y con una experiencia técnica y política
siempre vinculada al sector de la salud. Seguro que buena profesional y
política, pero del sector sanitario. Muchos
dirán que ha habido muy buenos políticos del ramo sin experiencia previa. Muy cierto,
y puede y espero que también sea el caso. Sin embargo, que al final se obtengan
buenos resultados, que aún está por ver, no quiere decir que las decisiones estén bien
planteadas o que se hagan las cosas de la mejor manera posible. Me niego a
pensar que en Andalucía no haya excelentes políticos de izquierdas, con
profundo conocimiento del sector, aunque quizás, no sean de tanta confianza.
lunes, 9 de septiembre de 2013
LA DECISIÓN DE MONSANTO
Hace poco
más de una semana se celebró en Decatur la mayor feria agrícola de Estados
Unidos. Tuve oportunida de mantener frecuentes e interesantes conversaciones con agricultores y de visitar algunas de
sus explotaciones, en pleno corn belt. Fueron enriquecedoras, pero decepcionantes a la vez. Llevan casi
20 años sembrando cultivos transgénicos, y al escucharles, uno confirma la gran
diferencia tecnológica entre ambos lados del atlántico. Quizás no en otros
factores de la producción agraria, donde estamos igual de avanzados, pero sí en
algo tan esencial para la producción y la sostenibilidad, como es la
productividad de los cultivos, es decir, la calidad de la semilla. Difícil de digerir, cuando se conoce la consolidación y extensión de este
mercado en EEUU, Argentina, Brasil, China, India, etc., mientras que en la UE
se veta el uso a millones de agricultores.
En este contexto internacional, la
multinacional de semillas norteamericana Monsanto se ha visto obligada a paralizar la
solicitud de nuevos eventos transgénicos en la Unión Europea (UE), salvo la renovación del maíz Bt para la lucha contra el
taladro, el único cultivo genéticamente modificado que se cultiva en nuestro país.
Las
organizaciones ecologistas se han mostrado satisfechas, a pesar de que con esta decisión nadie ha ganado, y solo han perdido los
agricultores. Aunque es de suponer que tampoco ha sido plato de gusto,
probablemente quien menos pierde es Monsanto, para quien el potencial mercado
biotecnológico en la UE es solo una pequeña parte de su actividad.
Hay que recordar que las decisiones de Monsanto tienen influencia en el sector agrícola, ya que se trata
de la mayor empresa de semillas a nivel mundial. La biotecnología es solo una fracción
de su negocio, aunque importante, para la mejora de las semillas y la búsqueda
de soluciones de siembra a los agricultores. También hay que recordar el importante esfuerzo que ésta y otras empresas realizan para conseguir mejoras tecnológicas que hagan más eficiente nuestra agricultura; por supuesto. Para ello, el 10 por ciento de sus
ingresos los destinan a investigación, con el objetivo de conseguir avances que
permitan obtener más producción, con menor consumo de recursos naturales y de inputs.
Es decir, usar menos combustible, fertilizantes, pesticidas, etc. y, por
supuesto, menos tiempo. No hay que olvidar que Monsanto no es una excepción ni
el único caso de multinacional que desarrolla tecnología en este campo. Otras
grandes multinacionales como Pioneer-Dupont, Syngenta, BASF, Bayer, Dow
Agrosciences, etc., también tienen el más que saludable objetivo de hacer
negocio mediante la puesta en el mercado y explotación de innovaciones de
interés para los agricultores, biotecnológicas o convencionales.
domingo, 1 de septiembre de 2013
PERCEPCIÓN DE LAS AYUDAS AL CAMPO
En España, las ayudas de la PAC representan
el 26 por ciento de la renta agraria, de acuerdo con los datos de la Unidad de Análisis y Prospectiva del Ministerio
de Agricultura, Alimentación y Medioambiente (MAGRAMA). Sin
embargo, es cierto que el porcentaje que representa el sector primario en el
PIB es solo del 2,5%. Con estos datos, es comprensible que para mucha parte de la
población, la defensa que se hace de este sector les parezca desproporcionada, así como las ayudas específicas que obtiene de la PAC.
La percepción social es esencial en un sector en continua y
compleja negociación, y ésta ha cambiado algo en los últimos años. Por un lado,
la vuelta al campo de población de las urbes, buscando alternativas
profesionales, ha generado un cierto clima de solidaridad. Por otro lado, el
papel del Ministro Cañete también ha reforzado al sector. El que haya sido el
Ministro mejor valorado del gobierno actual no ha sido casual, responde a dos
factores clave. En primer lugar el profundo conocimiento del sector que tienen
tanto él como su equipo, que ya se rodaron hace dos legislaturas y han recalado
en este gobierno con la lección aprendida y libre de compromisos previos. Esta
circunstancia ha favorecido las gestiones transnacionales en el seno de la
Unión Europea y de manera bilateral con otros Estados terceros. Pero no solo hay
que ser la mujer del Cesar sino parecerlo, y para ello, la estrategia de
comunicación ha sido acertada. Hace solo unos años el sector demandaba una
mayor aproximación a la sociedad, entre otras canales, a través de sus
responsables políticos. En estos últimos años se ha avanzado mucho en este
campo, con una frecuente visibilidad en medios de comunicación de relevancia, mostrando
un sector potente y organizado.
En una
época en que las noticias buenas no acompañan, y la función política ha sido
denostada, alegra ver excepciones y, que aunque solo sea una vez, estas se
relacionan con nuestro sector.
martes, 6 de agosto de 2013
FÁBRICA DE CARNE...¡QUIÉN DIJO MIEDO!
La
revolucionaria hamburguesa obtenida en la Universidad de Maastricht a partir de
células madre de vaca ha sido una de las noticias del verano; al menos, ese
tipo de noticia que nos permite relajarnos y entrar en debates mucho más
amigables y novedosos. Dejamos al lado la exasperante política nacional y regional
y sus cotos de bestias pardas, así como otros asuntos internacionales que nos
tienen hastiados todo el año.
Aunque esta
semana ha saltado a los medios, debido a su cuidada puesta en escena, ya hace
años recibíamos noticias esporádicas de los avances que se iban produciendo en
este campo. Hace poco más de dos años ya se anunció que se habían obtenido los
primeros resultados, pero la textura la hacía incomible y por tanto, era pronto
para un gran lanzamiento mediático. Ahora la notica lo es por lo novedoso, por
su precio, por averiguar si sabe o no como la hamburguesa tradicional, etc. En
primer lugar hay que destacar que debemos estar lejos de obtener piezas de
carne al uso, porque si no, en vez de haber probado carne picada, se habría
catado un solomillo o un filete como Dios manda. El precio de 250.000 euros que
cuesta el bocado es anecdótico, ya que solo se ha consumido una, por lo que
ella sola ha soportado todo el coste de la investigación.
Pero el debate
de verdad se va a abrir a partir de ahora. Hasta el momento, las fechas
veraniegas y un cierto desconcierto han mantenido muchas voces calladas. No
está lejos el momento en que se puedan obtener piezas completas de carne a
precios competitivos y, además, con propiedades funcionales. Seguro que va a
haber protestas y van a aparecer innumerables detractores, como suele pasar con
buena parte de los avances científicos alimentarios; y es más que probable que
vengan de todas direcciones. Los puristas del comer y del mal llamado naturalismo alimentario van a ver un
modelo muy tecnológico y, por tanto, alejado de la producción de carne que
ellos idealizan, al aire libre, con pastos naturales y otro tipo de imposibles
económicos. Los ganaderos van a considerar amenazado su mercado, y pensarán que
si se desarrolla este nuevo sistema productivo, la necesidad de las
explotaciones ganaderas se va ver reducida. En cadena, un análisis similar
podría ser hecho por los fabricantes de piensos y los propios agricultores de
cereales y proteaginosas. Pero los que se van a ver más comprometidos y van a
tener que hilar fino para posicionarse son los ambientalistas. Por un lado, la producción de carne en laboratorio,
necesita mucho menos consumo de recursos naturales, al margen de que la hipotética
reducción de ganaderías en extensivo sea también un importante daño para el
medio. A bote pronto, deberían defenderla. Pero por otro lado, estos grupos son
mayoritariamente contrarios a todo lo que implique alta tecnología alimentaria,
especialmente la que trabaja con el desarrollo celular, entre otros motivos,
por el papel que podrían jugar las multinacionales; un asunto que, para muchas de
ellas, es más estratégico que el propio medioambiente.
Nadie se
debiera poner nervioso. Este tipo de alimentación tecnológica es una
alternativa complementaria, que no eliminará la alimentación tradicional, entre
otros motivos, porque la especie humana no solo busca solo cubrir sus necesidades
de nutrientes, sino que, a partir de determinados niveles de desarrollo, gusta
disfrutar de la gastronomía. Además, no sería un escenario inimaginable, el que
en los países desarrollados siguiéramos con modelos actuales de alimentación,
mientras que en países con déficits alimentarios y nutricionales, este tipo de
alimentos pudieran ser parte de la solución. Escuchaba no hace mucho a un
científico que planteaba como viable y no socialmente injusto, que los modelos
alimentarios de países no desarrollados fueran en otra dirección. Por ejemplo,
ponía en cuestión la necesidad de tres comidas diarias y la necesidad de tanta
diversidad. Esta podría ser otra diferencia.
Al final,
los modelos productivos son y deben ser compatibles, ya que las realidades
socioeconómicas, medioambientales y políticas de unos países y otros son muy
diferentes. La agricultura ecológica
debe convivir con la intensiva, con la transgénica, la ganadería intensiva con
la extensiva y ecológica, la comida precocinada con la comida casera y la posible
carne fabricada, con todo el resto, siempre
que se garantice la seguridad alimentaria.
La
cuestión es que ya tenemos la hamburguesa, en breve el solomillo, y pieza a
pieza quizás podamos tener el puzle completo. Y ese debate, sí se sale de lo estival.
martes, 5 de febrero de 2013
CERDOS Y CABALLOS
El Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE ) ha hecho balance sobre la aplicación de la normativa de bienestar animal y ha presentado los datos de cumplimiento, que solo ha sido total en 10 países de los 27 que forman la UE. Además, estos países son pequeños o como mucho medianos productores de porcino. ¿Qué ha sucedido en los grandes? En Alemania, el mayor productor europeo, solo se cumple la norma en el 73 por ciento de las explotaciones. Peor que Alemania solo se encuentra Francia, el tercer gran productor, con un 28 por ciento de incumplimiento; una paradoja, si se considera que la conformación del escenario político alemán les hace ser uno de los países más puristas tanto en esta materia como en cuestiones medioambientales y de seguridad alimentaria. Sin embargo, en España, segundo de la UE y, en numerosas ocasiones objetivo mediático de los defensores de los derechos de los animales, el 96 por cierto de las explotaciones de porcino cumplen con estos requisitos. Un dato muy positivo, que pone en valor el esfuerzo del sector por aplicar unas exigencias costosas y con una dudosa justificación técnica científica, al menos, en algunas de ellas.
Pero el porcino no solo ha estado de actualidad por este motivo. Su popularidad ha crecido esta semana por haber emparentado, al igual que el vacuno, con otros cuadrúpedos, los caballos; al menos dentro de las hamburguesas. No es la primera vez ni será la última, que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia con nombres y apellidos, y publica en su web, supuestos fraudes alimentarios. Por supuesto, el sector ha vuelto a montar en cólera y a denunciar la poca fiabilidad de estos análisis. Y digo por supuesto, porque lo que a uno le parece razonable, dado que la OCU es una organización privada sin competencias científicas, administrativas ni judiciales, es que ponga los resultados de sus investigaciones y los datos recopilados en manos de los organismos creados al efecto, que los hay, tanto para la defensa de la seguridad alimentaria como para evitar el fraude alimentario. Sin duda, de seguir este procedimiento podría perder protagonismo, pero los intereses de los consumidores no se verían afectados y se evitaría el riesgo de atacar intereses empresariales sin las suficientes garantías. Es más, el consumidor se sentiría más seguro, ya que evitaría la sombra de duda que ahora puede quedar, sobre la objetividad de los informes de la OCU o la existencia de otros intereses. Es de agradecer el papel que hace la OCU de tutela, de control y de recopilación de indicios o pruebas de posibles fraudes contra el consumidor; no lo es en absoluto, la gestión que de ello hace, independientemente de que al final, lleve o no la razón.
Pero el porcino no solo ha estado de actualidad por este motivo. Su popularidad ha crecido esta semana por haber emparentado, al igual que el vacuno, con otros cuadrúpedos, los caballos; al menos dentro de las hamburguesas. No es la primera vez ni será la última, que la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia con nombres y apellidos, y publica en su web, supuestos fraudes alimentarios. Por supuesto, el sector ha vuelto a montar en cólera y a denunciar la poca fiabilidad de estos análisis. Y digo por supuesto, porque lo que a uno le parece razonable, dado que la OCU es una organización privada sin competencias científicas, administrativas ni judiciales, es que ponga los resultados de sus investigaciones y los datos recopilados en manos de los organismos creados al efecto, que los hay, tanto para la defensa de la seguridad alimentaria como para evitar el fraude alimentario. Sin duda, de seguir este procedimiento podría perder protagonismo, pero los intereses de los consumidores no se verían afectados y se evitaría el riesgo de atacar intereses empresariales sin las suficientes garantías. Es más, el consumidor se sentiría más seguro, ya que evitaría la sombra de duda que ahora puede quedar, sobre la objetividad de los informes de la OCU o la existencia de otros intereses. Es de agradecer el papel que hace la OCU de tutela, de control y de recopilación de indicios o pruebas de posibles fraudes contra el consumidor; no lo es en absoluto, la gestión que de ello hace, independientemente de que al final, lleve o no la razón.
lunes, 21 de enero de 2013
ALIEN vs. PREDATOR
Al igual que los hombres estaban atrapados entre los aliens y los depredadores en la película de W.S. Anderson, los agricultores y ganaderos están en una similar posición entre el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente (MAGRAMA) y la Comisión Nacional de la Competencia (CNC). Uno de los proyectos estrella del MAGRAMA es el de mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria. En él han depositado esperanzas muchos de los agentes del sector primario, ya que buena parte de nuestros agricultores y ganaderos esperan solucionar con esta norma el problema de rendimiento de sus explotaciones como consecuencia de los bajos precios en origen Este Anteproyecto ha sido informado desde la CNC, y sus recomendaciones han sido tajantes. Recomienda la supresión de los dos aspectos esenciales de esta norma, la regulación de contratos y el código de buenas prácticas mercantiles. Sin estas medidas, el proyecto quedaría sin contenido real. Si los contratos no se pueden regular a nivel de precio y desaparece el sistema de arbitraje, el problema de los precios en origen seguiría tal como hasta ahora.
Llama la atención la falta de alineamiento entre el MAGRAMA y la CNC. El rigor con la que la CNC está actuando en estos últimos años en el sector agroalimentario es bien conocido. En este contexto, se presupone que antes de avanzar en esta línea se debería haber movido el tema entre bastidores para buscar un cierto acuerdo con la CNC. Ahora, la imagen que se transmite es de falta de coordinación por parte del MAGRAMA, así como de desenfoque por parte de la CNC.
Por otro lado, la Comisión Europea está trabajando en un proyecto europeo para ahondar en este problema generalizado del sector y permitir resolverlo, o al menos, paliarlo. El MAGRAMA ha decidido ir por delante, a sabiendas de que en un futuro quizás deba rectificar algunas cosas. Tiene sentido, ya que es un problema acuciante, y los ritmos de la Unión Europea, con el Parlamento Europeo por medio, son de todo menos ágiles. Sin embargo, e independientemente de que haya habido o no precipitación, la realidad es que este informe de la CNC así lo ha transmitido, ¿se podría haber evitado?
La verdadera solución o buena parte de ella pasa necesariamente por la concentración de la oferta, de tal manera que la economía de escala contribuya al aumento de márgenes.
En cualquier caso, lo que no tiene ningún sentido, y así lo debería entender la CNC, es que en pleno siglo XXI y dentro de la Unión Europea, existan mercados que funcionen a resultas, tal como sucede en parte del agro. Esto es, se vende el producto sin saber a qué precio se va a cobrar, y se liquida a posteriori en función de la evolución del mercado.
Llama la atención la falta de alineamiento entre el MAGRAMA y la CNC. El rigor con la que la CNC está actuando en estos últimos años en el sector agroalimentario es bien conocido. En este contexto, se presupone que antes de avanzar en esta línea se debería haber movido el tema entre bastidores para buscar un cierto acuerdo con la CNC. Ahora, la imagen que se transmite es de falta de coordinación por parte del MAGRAMA, así como de desenfoque por parte de la CNC.
Por otro lado, la Comisión Europea está trabajando en un proyecto europeo para ahondar en este problema generalizado del sector y permitir resolverlo, o al menos, paliarlo. El MAGRAMA ha decidido ir por delante, a sabiendas de que en un futuro quizás deba rectificar algunas cosas. Tiene sentido, ya que es un problema acuciante, y los ritmos de la Unión Europea, con el Parlamento Europeo por medio, son de todo menos ágiles. Sin embargo, e independientemente de que haya habido o no precipitación, la realidad es que este informe de la CNC así lo ha transmitido, ¿se podría haber evitado?
La verdadera solución o buena parte de ella pasa necesariamente por la concentración de la oferta, de tal manera que la economía de escala contribuya al aumento de márgenes.
En cualquier caso, lo que no tiene ningún sentido, y así lo debería entender la CNC, es que en pleno siglo XXI y dentro de la Unión Europea, existan mercados que funcionen a resultas, tal como sucede en parte del agro. Esto es, se vende el producto sin saber a qué precio se va a cobrar, y se liquida a posteriori en función de la evolución del mercado.
martes, 15 de enero de 2013
LA LOCOMOTORA EXPORTADORA
El potencial exportador agroalimentario de España, sobre todo en la situación actual, es un importante balón de oxígeno para nuestra economía. España está en la octava posición a nivel mundial En 2011 la factura correspondiente a este concepto ascendió hasta casi los 35.000 millones de euros, lo que incluye no solo los productos agrarios, sino también los pesqueros y los de la industria alimentaria, de las bebidas y del tabaco; es decir, sector primario y agroalimentario. También llama la atención la productividad de este sector, que ascendió a 141,5 euros de ventas netas por hora trabajada, un 10 por ciento más que la media de la industria española.
Un caso muy destacable es el de la industria cárnica, cuyas exportaciones representan el 30 por ciento de la producción total. Es un dato muy relevante, dado el alto valor de los piensos en los últimos años, que supone la mayor parte de la factura de costes de las explotaciones en intensivo, como es el porcino de capa blanca. Significa que este sector sabe hacer las cosas bien y es altamente competitivo, sobre todo si se tiene en cuenta que el mercado exterior se encuentra mayoritariamente en la Unión Europea, seguida de Rusia y China. Por otro lado, y en referencia a cabañas donde el extensivo es significativo, el clima seco español, en buena parte de nuestras latitudes, nos hace ser más dependientes de los piensos al tener menores pastos disponibles y por menos tiempo.
En el primer semestre de 2012 y en comparación con el mismo periodo de 2011 se incrementaron las exportaciones cárnicas un 16 por ciento, lo que representó un total de 795.000 toneladas. El subsector dominante es el porcino, con 538.000 toneladas vendidas al exterior en este intervalo, un 19 por ciento más que el primer semestre del año anterior. En segundo lugar pero ya a mucha distancia, la carne de vacuno con 57.200 toneladas, seguida de 18.400 toneladas exportadas de ovino y caprino.
De acuerdo con el secretario de la Asociación Nacional de Industrias Cárnicas de España, Miguel Huerta, el punto débil de este mercado exterior es la escasa proporción de productos transformados que se exportan, solo el 8 por ciento del total. En 2011 solo se vendieron en otros países 116.000 toneladas de cárnicos elaborados, frente las 1,4 millones de toneladas en fresco.
Para conseguir este alto nivel de reconocimiento en los mercados exteriores no solo es necesario ser competitivos en precio, lo que conlleva un importante desarrollo tecnológico, también es imprescindible un estricto cumplimiento de las normas de sanidad animal. De esta manera se minimiza el impacto de las habituales estrategias de defensa comercial basadas en la prohibición temporal de entrada de productos por motivos sanitarios, algunas veces justificadas.
Un caso muy destacable es el de la industria cárnica, cuyas exportaciones representan el 30 por ciento de la producción total. Es un dato muy relevante, dado el alto valor de los piensos en los últimos años, que supone la mayor parte de la factura de costes de las explotaciones en intensivo, como es el porcino de capa blanca. Significa que este sector sabe hacer las cosas bien y es altamente competitivo, sobre todo si se tiene en cuenta que el mercado exterior se encuentra mayoritariamente en la Unión Europea, seguida de Rusia y China. Por otro lado, y en referencia a cabañas donde el extensivo es significativo, el clima seco español, en buena parte de nuestras latitudes, nos hace ser más dependientes de los piensos al tener menores pastos disponibles y por menos tiempo.
En el primer semestre de 2012 y en comparación con el mismo periodo de 2011 se incrementaron las exportaciones cárnicas un 16 por ciento, lo que representó un total de 795.000 toneladas. El subsector dominante es el porcino, con 538.000 toneladas vendidas al exterior en este intervalo, un 19 por ciento más que el primer semestre del año anterior. En segundo lugar pero ya a mucha distancia, la carne de vacuno con 57.200 toneladas, seguida de 18.400 toneladas exportadas de ovino y caprino.
De acuerdo con el secretario de la Asociación Nacional de Industrias Cárnicas de España, Miguel Huerta, el punto débil de este mercado exterior es la escasa proporción de productos transformados que se exportan, solo el 8 por ciento del total. En 2011 solo se vendieron en otros países 116.000 toneladas de cárnicos elaborados, frente las 1,4 millones de toneladas en fresco.
Para conseguir este alto nivel de reconocimiento en los mercados exteriores no solo es necesario ser competitivos en precio, lo que conlleva un importante desarrollo tecnológico, también es imprescindible un estricto cumplimiento de las normas de sanidad animal. De esta manera se minimiza el impacto de las habituales estrategias de defensa comercial basadas en la prohibición temporal de entrada de productos por motivos sanitarios, algunas veces justificadas.
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