martes, 15 de enero de 2013

LA LOCOMOTORA EXPORTADORA

El potencial exportador agroalimentario de España, sobre todo en la situación actual, es un importante balón de oxígeno para nuestra economía. España está en la octava posición a nivel mundial En 2011 la factura correspondiente a este concepto ascendió hasta casi los 35.000 millones de euros, lo que incluye no solo los productos agrarios, sino también los pesqueros y los de la industria alimentaria, de las bebidas y del tabaco; es decir, sector primario y agroalimentario. También llama la atención la productividad de este sector, que ascendió a 141,5 euros de ventas netas por hora trabajada, un 10 por ciento más que la media de la industria española.


Un caso muy destacable es el de la industria cárnica, cuyas exportaciones representan el 30 por ciento de la producción total. Es un dato muy relevante, dado el alto valor de los piensos en los últimos años, que supone la mayor parte de la factura de costes de las explotaciones en intensivo, como es el porcino de capa blanca. Significa que este sector sabe hacer las cosas bien y es altamente competitivo, sobre todo si se tiene en cuenta que el mercado exterior se encuentra mayoritariamente en la Unión Europea, seguida de Rusia y China. Por otro lado, y en referencia a cabañas donde el extensivo es significativo, el clima seco español, en buena parte de nuestras latitudes, nos hace ser más dependientes de los piensos al tener menores pastos disponibles y por menos tiempo.

En el primer semestre de 2012 y en comparación con el mismo periodo de 2011 se incrementaron las exportaciones cárnicas un 16 por ciento, lo que representó un total de 795.000 toneladas. El subsector dominante es el porcino, con 538.000 toneladas vendidas al exterior en este intervalo, un 19 por ciento más que el primer semestre del año anterior. En segundo lugar pero ya a mucha distancia, la carne de vacuno con 57.200 toneladas, seguida de 18.400 toneladas exportadas de ovino y caprino.

De acuerdo con el secretario de la Asociación Nacional de Industrias Cárnicas de España, Miguel Huerta, el punto débil de este mercado exterior es la escasa proporción de productos transformados que se exportan, solo el 8 por ciento del total. En 2011 solo se vendieron en otros países 116.000 toneladas de cárnicos elaborados, frente las 1,4 millones de toneladas en fresco.

Para conseguir este alto nivel de reconocimiento en los mercados exteriores no solo es necesario ser competitivos en precio, lo que conlleva un importante desarrollo tecnológico, también es imprescindible un estricto cumplimiento de las normas de sanidad animal. De esta manera se minimiza el impacto de las habituales estrategias de defensa comercial basadas en la prohibición temporal de entrada de productos por motivos sanitarios, algunas veces justificadas.

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