viernes, 4 de enero de 2013

PARALELISMOS DE LA CRISIS...INSUFICIENTES INDICIOS DE RECUPERACIÓN

Ayer veía en la TV un programa sobre la Crisis del 29 en EEUU. Las imágenes y comentarios eran de un país en ruina y desesperado. El dato más destacado que daban una y otra vez, era el paro, que de forma inimaginable había alcanzado el 25 por ciento. Por supuesto, la situación mundial es diferente y los mercados globales no existían en esa época, por lo que la comparación con España no es directa...aunque da qué pensar. En EEUU y en el resto del mundo desarrollado se tardó más de 10 años en salir de esta crisis, pero contaban con dos factores diferenciales respecto a España, entre otros: el enorme potencial industrial de esa nación, y que dependían de ellos mismos, no de una economía global donde el bombardeo especulativo de determinadas organizaciones públicas y privadas tenía un efecto más predecible y menos directo. Aun así, tuvo que haber un guerra mundial para consilidar el despegue y, sobre todo, los Estados tuvieron que intervenir directamente promoviendo el incremento de salarios, disminuyendo las horas de trabajo y acometiendo obra pública; justo lo contrario a lo que se ha hecho en el crisis actual. También es cierto que los motivos de la crisis fueron bien diferentes: la sobreproducción de EEEUU se juntó con un alto endeudamiento de los grandes bloques económicos, lo que hundio la demanda y por tanto a la industria americana, endeudada, con exceso de stocks y sobredimensionada.

Ayer se publicó la noticia de que España es ahora un excelente destino para la inversión y que se prevén bajadas de la prima de riesgo por debajo de 200. Han tardado demasiado tiempo en darse cuenta. Con un sector público en pleno saneamiento, unas infraestructuras de primera línea, una estabilidad política, fuertes incentivos públicos y fiscales para la inversión y una enorme cantidad de mano de pobra altamente cualificada y sin trabajo, esta conclusión parece de Perogrullo. De hecho, es quizás este nuevo escenario, en buena parte derivado de la crisis, junto con el potencial exportador,  lo que nos puede sacar del agujero. Por cierto, un potencial exportador que en buena medida depende del sector agroalimentario.

La inversión extranjera en nuestro país es, a medio plazo, el motor que debe reabsorber buena parte del enorme paro existente. En el asunto del paro, el mes de diciembre nos ha dado un pequeño respiro, aunque las previsiones no son alagüeñas para 2013, sobre todo si se acomete a fondo la reestructuración de la administración pública. Mi esperanza es que para cuando esto ocurra, a finales de año, el sector privado ya se haya redimensionado y pueda empezar a tirar del empleo, al igual que las arriba mecionadas posibles inversiones extranjeras.

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