viernes, 26 de noviembre de 2010

No todo vale en el comercio

Las batallas comerciales entre diferentes países han llevado de forma recurrente a la aprobación para las importaciones de medidas restrictivas de dudosa legalidad, basadas en supuestos riesgos sanitarios o veterinarios. Hay otras acciones todavía más dañinas que son acometidas por organizaciones privadas en defensa de sus propios sectores. El caso más reciente lo encontramos en Estados Unidos, donde la Universidad de Davis en California ha elaborado un informe en el que ponen en entredicho la calidad de los aceites de oliva virgen extra de nuestro país. El sector español se ha apresurado a rebatir estos argumentos, con datos tan contundentes como que los procedimientos de análisis no están homologados por el Comité Oleícola Internacional, que las muestras se tomaron en muy escasos puntos de venta o que el producto analizado llevaba varios meses en los lineales.

Por un lado, igual que sucedió en el caso del vino, en Estados Unidos hacen caso omiso de las organizaciones internacionales, cuando sus posiciones no concuerdan con sus intereses. Por otro lado, no solo se defiende el pequeño sector olivarero estadounidense a costa del español, sino que se da pié a que otros países productores como los del cono sur, se acojan a esta coyuntura para frenar las exportaciones españolas a su mercado. Hay que recordar que el mercado exterior del aceite español ha crecido año tras año hasta alcanzar las 790.000 toneladas en 2009/2010.

Se trata en todo caso de una situación preocupante en la que España, como gran potencia olivarera, debe actuar con contundencia y buscar el apoyo de otros Estados y organizaciones, e incluso de la propia Unión Europea, para que el propio gobierno estadounidense aclare el tema y limpie la imagen de este producto.

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