viernes, 20 de junio de 2008

PARO EN EL TRANSPORTE


Los paros del sector del transporte por carretera han afectado a toda España. En el caso de la fruta de verano, se ha sufrido la dificultad de movimiento de mercancías. Las frutas y hortalizas se concentran en un corto espacio de tiempo. Además es un producto perecedero, lo que hace que los productores sufran daños irreversibles, no cubiertos por los seguros agrarios. La situación se agrava con otros daños colaterales, pero no menos importantes. Son los problemas sanitarios en las plantaciones con fruta sin recolectar o la pérdida de potencial comercial y de producción cuando la fruta madura en árbol. Además, la temida pérdida de mercado como consecuencia de la previsión de desabastecimiento a los compradores.

Otro sector sensible es el lácteo, tanto de leche de vaca como, en menor medida, el de ovino y caprino. En este segundo caso las menores producciones han permitido mantener algo mejor el producto. Por otro lado, dentro del sector de vacuno lácteo y a falta de datos contrastados, el efecto global puede no haber sido demasiado elevado. Se han producido casos particulares donde el daño al ganadero ha sido cuantioso. En algunas explotaciones han tenido que tirar gran cantidad de producto con las importantes pérdidas que ello ha generado. No obstante, mientras la industria no aporte datos concretos de recogida en la última semana, el análisis global es poco objetivo.


Pero no solo se ha visto afectada la producción de leche. También el suministro de pienso en numerosas explotaciones ganaderas, así como la provisión de cereal para industria. En cualquier caso son daños menores, ya que previo al paro se produjo un abastecimiento de estas materias primas en gran parte de las explotaciones. Las más sensibles han sido las de producción intensiva. El ganado de carne también ha visto limitada su capacidad de sacrificio, al no poder transportar las reses a matadero. Ha generado unos costes indirectos de alimentación derivados de los días de demora.

El derecho a la huelga o al paro patronal es lícito y en este caso comprensible. Pero los que no quieren secundarla tienen también derecho a trabajar. Habría que preguntar a estas personas, que han ejercido su derecho, sin respetar el de lo demás, si es ético defender sus intereses a costa de ir contra los de otros trabajadores, que lo están pasando igual o peor que ellos.

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