viernes, 27 de febrero de 2009

ROSADOS A LO BRUTO


A la espera de que hoy se apruebe la necesaria y retrasada norma nacional para la regulación en España del sector del vino, éste se mantiene al quite de nuevos cambios. En los últimos meses la tendencia de consumo ha experimentado una significativa inversión. La venta de crianzas y reservas se ha reducido hasta un veinte por ciento en la restauración. A cambio, los de mesa han experimentado un repunte que ha sorprendido a las propias empresas elaboradoras y comercializadoras, con incrementos de hasta un treinta por ciento. Por un lado la crisis, que frena un gasto muy elevado en la factura de cualquier cena o comida. Una realidad que da pié a una segunda razón, anterior a la crisis, como son los grandes márgenes que se carga en restauración a cualquier botella de vino de calidad. En tercer lugar, el control sobre el nivel de alcohol en sangre a los conductores. Estos dos últimos factores han afectado al consumo de vino fuera de casa, mientras que la crisis ha incidido en la tendencia global y en el despegue de los históricos vinos de mesa.

Por otro lado la producción mundial de vino continúa en aumento, a pesar de que en la Unión Europea (UE) se ha detraído ligeramente. En consonancia con lo que sucede en España con los vinos de mesa, el consumo de vino en el mundo también se incrementa, pero no solo en volumen, sino también en valor. Otro dato significativo es que España, que se encuentra en el grupo de cabeza en cuanto a producción, solo superado por Francia e Italia, no ocupa posiciones destacables en valor de consumo, por detrás, de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania o Italia, entre otros.

Entre tanto, la Comisión Europea prepara un reglamento sobre prácticas enológicas que ha alertado a los productores españoles, franceses e italianos de vinos de calidad. Quiere eliminar la prohibición de mezclar blancos y tintos. Una propuesta que mezcla conceptos y que supone un paso atrás. El rosado no es una cuestión de coloración, que sí se podría conseguir por mezcla. Es un tipo de vino, que se obtiene a partir de uvas tintas, pero elaborado como blanco. El motivo de su color no es otro que la separación temprana del mosto y los hollejos, responsables de la tonalidad de los tintos. En definitiva, un proceso productivo específico, un producto diferenciado, cuyo mercado sería adulterado si aparecieran en los lineales vinos de mezcla, como rosados, estén o no etiquetados como tal.

Se trata de un ejemplo más de una Comisión que trata de potenciar el mercado de los vinos menos diferenciados, ya que representan las grandes producciones europeas, aunque conlleve pérdida de calidad y genere confusión en el consumidor. Solo hay que recordar el envejecimiento con viruta de madera o el marchamo Viñedos de España, en este caso de carácter nacional.

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