viernes, 22 de mayo de 2009

DUALIDAD LÁCTEA


El pasado 1 de abril arrancó una nueva campaña láctea con algunas circunstancias que van a condicionar el futuro de muchas explotaciones. Por un lado, se aplica el incremento gradual de la cuota de producción en cada país. Ahora, en España, la cantidad máxima autorizada es algo más de 6,3 millones de toneladas. El consumo en nuestro país ronda los 9,5 millones de toneladas y la producción real se sitúa por debajo de cuota. Una situación paradójica que viene marcada por los bajos precios de venta en origen en comparación con los altos costes de producción. No obstante, hay que recordar que los precios españoles son más altos que los de los grandes productores europeos, como Francia, aunque nuestro mal dimensionado tejido productivo sostiene unas cuantías de producción bastante más elevadas. Por otro lado, la limitada oferta española se ve sustituida en muchos casos por leche de países vecinos que la sacan de su mercado a precios hundidos. La industria y la distribución que operan en nuestro país adquieren y comercializan esta leche, dejando a buena parte de las ganaderías españolas con escasa capacidad comercial. Tal como recordaba Carlos Gil, Director de Business Milk, la industria española se ha dedicado de forma mayoritaria al envasado de leche, en vez de a elaborar productos de alto valor añadido; justo lo contrario a lo realizado por los grandes productores del centro y norte de Europa.


Con todo esto, el próximo 16 de abril se ha convocado una movilización de todo el sector ante la sede del Ministerio de Medioambiente, Medio Rural y Marino (MARM). El Plan Estratégico Horizonte 2015 presentado por el MARM no ha servido para tranquilizar a los agentes económicos, preocupados por problemas inmediatos, como la no recogida de un producto muy perecedero, como la leche. Quizás, este Plan no aborda de forma categórica una realidad propia del sector lácteo español, que no es otra que la enorme dualidad productiva de nuestro país. La mayor zona productora con diferencia, localizada en Galicia y la cornisa cantábrica, es también la más ineficiente y de más incierto futuro. Por otra parte, en otras comunidades autónomas, con volúmenes de producción menos significativos, es clara la apuesta por la concentración de oferta y el redimensionamiento. La política de desarrollo rural debe trabajar por redefinir un modelo de interés social y ambiental, ubicado fundamentalmente en la franja cantábrica, pero sin distorsionar el mercado. El resto, fuera de estas zonas de singular valor, debe estar sujeto a otras reglas del juego que le permitan estar preparados para 2015. En cualquier caso, un enfoque que está condicionado por la definición que debe hacer la Comisión de las zonas menos favorecidas y de las zonas intermedias.

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