lunes, 14 de enero de 2008

PROGRAMAS ELECTORALES


El eje central del Partido Popular en su programa electoral agrario se centra en dignificar el papel del agricultor y ganadero ante la sociedad. Una necesidad por la que no somos pocos los que llevamos años peleando. La imagen que la sociedad no agraria tiene de este sector es tan errónea como injusta. Pero no es culpa de quien así piensa. Los principales motivos de esta perjudicial situación son los siempre difíciles de entender instrumentos administrativos, el uso político que con frecuencia se ha hecho de este sector y el propio papel plañidero que han tenido los propios productores, en muchos casos con razón, pero en otros no. Quienes llevamos años trabajando dentro del sector, sin ser agricultor ni ganadero, conocemos la realidad de un tejido competitivo, moderno, eficiente y comprometido con el medioambiente; por supuesto, con carácter general, porque cafres también los hay. Una buena noticia, por tanto, este enfoque agropolítico del PP, que luego no será fácil de llevar a la práctica, pero por algo se empieza. El del PSOE todavía no lo conozco, pero sería magnífico si coincidiera con el Comité de las Regiones y apostara por la justa distribución del agua mediante trasvases. Pero mucho me temo que no va a ser así y que no van a bajar de la burra de la desalación. Y como consecuencia, la gran chapuza. En la Ciudad Condal se plantea llevar el agua desde diferentes ríos europeos mediante barco, ante el agotamiento del acuífero del Llobregat, y eso que tenían una ramal previsto en el denostado Trasvase del Ebro. En pleno siglo XXI y todavía nos plantemos llevar el agua en cántara.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin posicionarme a favor de uno u otro programa electoral agrario, tan sólo quiero reclamar un poco de objetividad.

Si al PP le aplaudimos su programa porque incluye un estandarte (la necesidad de dignificar el papel del agro) tan necesario como irrechazable (hay que ser muy mala persona para no aplaudir tan loable intención), pese a que su consecución vaya mucho más allá del ámbito de lo agrario (por lo que su planteamiento dentro de lo agrario me genera dudas sobre la verdadera intención de atajar el problema frente a su mera utilización electoralista), al PSOE deberíamos juzgarle por si ha hecho algo o no en esta materia. Y, en mi opinión, la Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, sí lo hace, pese a los recortes sufridos en su tramitación.

Pero no, es mejor contraponer como programa agrario del PSOE su política en materia de aguas, de nuevo una política no sectorial a la que juzgar exclusivamente por (alguno de) sus efectos sectoriales (si es que realmente son efectos sobre el sector agrario) parece, cuanto menos, nuevamente parcial.

Anónimo dijo...

De acuerdo con que lo del papel del agricultor dignificado es tan genérico y obvio que puede parecer poco práctico. Pero muchas veces lo obvio, que lo es solo dentro del sector, que no fuera, lo obvio no se plasma en la realidad. La batalla de la opinión pública sobre el sector agrario es algo que hay que ganar, y por tanto hay que proponérselo; condición necesaria, aunque no suficiente. La Ley de Desarrollo Rural, como comentas es sin duda un gran paso que hay que valorar, aunque su desarrollo va a ser tremendamente complicado al participar más de diez ministerios. Pero está claro que eso no le quita mérito. Otros muchos logros se han conseguido desde el Ministerio, sobre todo en la segunda parte de la legislatura. Por ejemplo los acuerdos con otros ministerios en materia fiscal, laboral o para compensar las subidas de carburantes. Las propias reformas del vino y de frutas y hortalizas que, a pesar de sus imperfecciones son aceptables para el sector; quizá menos en el sector de transformados. Solo son algunos ejemplos. Pero en el tema del agua los datos cantan. Ninguna nueva desaladora funcionando de las nuevas programadas. Precios del agua publicados en boletines oficiales muy por encima de los anunciados en el plan inicial de desaladoras y por encima también de los previstos en el trasvase del Ebro. Una situación hídrica en las cuencas mediterraneas más meridionales que no ha mejorado en absoluto. Sin duda no es competencia del Ministerio de Agricultura, pero eso no puede ocultar el fracaso de una política que fue lanzada a bombo y platillo y que afecta de forma directa al PIB de nuestro país, además de a la economías de regiones enteras. No olvidemos el peso de las exportaciones del sector hortofritícola español en nuestra economía.