miércoles, 2 de enero de 2008

2007 AÑO DE EXTREMOS

Concluye el año 2007 con cara para la agricultura y cruz para la ganadería. Un año marcado por la bonanza del sector de cereales, con unos precios muy elevados y una buena cosecha. El sector del vino y del aceite también han disfrutado de una buena campaña. En el primer caso con el colofón de una reforma aceptable. Los remolacheros han padecido los efectos de una revisión de la reforma que volverá a reducir las producciones de forma muy significativa, pendientes de la aplicación de un plan de reestructuración que no se ha terminado de cerrar.

En la ganadería casi todos los subsectores son el reverso de la moneda agraria. Al incremento de los inputs se ha unido la descontrolada subida en los piensos. Todo ello con cotizaciones a la baja en gran parte de los mercados. Solo las ganaderías de leche han podido absorber estas subidas con precios de venta por encima de lo habitual. Dentro del segundo pilar de la política agraria, se ha aprobado la demanda y prometida Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, pendiente de un muy complejo desarrollo que la haga operativa.

En general se ha tratado de un año de intensa actividad política. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha dado muestras de mayor fortaleza y capacidad de reacción que en los primeros años de legislatura, marcados por torpes negociaciones y estatismo ejecutivo. Se ha notado la mejora. Sin embargo, tampoco en 2007 se ha conseguido solventar el gran problema de diferenciales de precios o las posiciones dominantes que, en determinados casos, la industria o la distribución han ejercido sobre los productores. Un año en el que se han visto las orejas al lobo de la globalización agraria y la liberalización de mercados, con una nueva coyuntura que puede llevar a la dependencia alimentaria de otras economías. Solo el polifacético y mediático Sarkozy ha tenido el valor de poner el nuevo sistema en tela de juicio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Puestos a vaticinar para 2008, quizás sea el año de los ganaderos si se desploman los precios de los cereales. Según indican desde el MAPA los precios bajarán pero no a niveles similares a los de antes de la subida. Sin embargo este año coinciden numerosos hechos y medidas puestas en marcha:
1. Los precios del maíz comenzaron a bajar lentamente desde octubre, y el trigo blando y cebada desde noviembre-diciembre, señal de que muchos graneros estaban "realizando beneficios" después de una etapa más o menos especulativa.
2. En 2008 habrá muchas más tierras cultivables tras el permiso comunitario de sembrar en tierras de retirada. Con los precios altos que ha habido en época de siembra en invierno, muchos agricultores habrán sembrado, o sembrarán más de la cuenta. esperemos a ver qué dicen los Avances de Supericies y Rendimientos del MAPA para estas siembras.
3. Desde el 1 de enero hasta el 30 de junio se eliminan los aranceles a la importación de determinados cereales.
Todos estos factores juntos, y si hay un buen año de lluvias, pueden desembocar en una caída profunda de precios, que sería muy mala para agricultores y la cara - en este caso positiva - de la moneda serían los ganaderos... Y las industrias biocarburantes que produzcan etanol.

Un saludo
Rafa (Madrid)

Anónimo dijo...

Aunque sí comparto el análisis, no veo tan claro los efectos. La entrada de nuevas superficies de producción en la UE no va a ser significativo en el global mundial, aunque sin duda permitirá mayores rentas a los cerealistas europeos. Los aranceles se eliminan, pero los precios internacionales ya eran bastante altos, por lo que, en mi opinión, el efecto no se notará demasiado. Sí es una buena medida estratégica a la hora de mostrar en la Organización Mundial del Comercio la voluntad liberalizadora de la UE. Pero en fin, ya veremos. Con esta coyuntura el factor especulativo es también relevante y ese es difícil de prever. Un saludo