martes, 4 de marzo de 2008

EL AGRO EN LAS ELECCIONES


En plena campaña electoral, las propuestas agrarias de los dos principales partidos, han sido poco comentadas. Por una lado, el PSOE continúa con su cerrazón con el tema del agua, y cree que la desalación va a solucionar el problema del agro levantino. Sus promesas en la anterior campaña han sido incumplidas casi en su totalidad, así que la desconfianza es más que comprensible. Además, los costes de las desaladoras se han repercutido en el precio de la escasa agua obtenida. El PP dió un buen susto a buena parte del agro mediterráneo, cuando no se atrevió a anunciar que retomaría el trasvase, como tampoco lo hizo Miguel Arias Cañete en la Trilla de Punto Radio. Pecó de prudente, al entender que en este año de sequía era políticamente incorrecto mencionar el trasvase del Ebro. Al final tuvo que rectificar y reconocerlo, porque en este tema, hay que mojarse. Por otro lado, no se asusten los aragoneses ni catalanes. Los que hemos tenido oportunidad de analizar este proyecto, hemos comprobado como en épocas de escasez no se hará uso de este agua. Existen unos umbrales, bastante por encima del caudal ecológico, por debajo de los cuales el agua no se trasvasa. En otro orden de cosas, el desacoplamiento total de las ayudas es una prioridad para el PP, con lo que busca facilitar la salida del sector a los productores menos rentables y consolidar a los más operativos. El PSOE no lo ve tan claro, dados los problemas sociales que estiman se pueden producir. También está la controvertida y costosa Ley de Desarrollo Sostenible del Medio Rural. El PP apuesta por derogarla según llegue al gobierno y suplirla por una Secretaría de Estado. Una Ley que ha costado mucho conseguir, que en general ha sido bien recibida y que todavía no ha sido desarrollada. Lo que sin duda va a ser muy complejo dado que participan once ministerios. Una decisión radical que merecería una reconsideración, aunque eso sí, la Secretaría es sin duda, una buena estrategia que podría canalizar la eficacia y dotación de la Ley. El PP afirma que no está dotada con recursos presupuestarios y el PSOE que tiene reservada una financiación abundante y extraordinaria. ¿A quién creer?

Otro asunto es la futura Ley que regulará los transgénicos, propuesta por el PSOE. Según este partido, se basará en criterios ambientales y de salud. De Perogrullo, pero no se olviden de la economía. Esperemos que no se convierta en un argumento para los ecologistas más extremos que han conseguido dejar a la Unión Europea en la cola mundial de estas tecnologías. Habrá que confiar que predominen los criterios técnicos y científicos, en vez de los compromisos políticos que hasta la fecha, han ralentizado un desarrollo tan necesario como inevitable.

En definitiva, el PSOE, contra lo que dijo Rajoy en el último debate, no lo ha hecho tan mal, al menos en su política agraria, que no hay que olvidar se cocina en Bruselas. Sí es cierto que al principio de legislatura, mientras Moraleda estuvo al mando de la Secretaría General de Agricultura, las negociaciones en Bruselas fueron caóticas, rozando lo grotesco. Fue hace tres años. Rajoy tiene razón, pero sin perder la referencia temporal.

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